Las tres estrategias genéricas planteadas por Michael Porter
son: liderazgo global en costos,
diferenciación y enfoque o concentración, a través de ellas una empresa
puede hacer frente a las cinco fuerzas de la competencia en un sector
y conseguir una ventaja competitiva que le permita superar a las
firmas rivales.
En la estrategia de liderazgo global en costos, la empresa
debe tener la capacidad de reducir costos en todos los eslabones de su cadena
de valor, de tal manera que la disminución de gastos redunde en un mejor precio
para el consumidor y en consecuencia en una mayor participación de mercado.
En la estrategia de diferenciación la empresa debe producir
servicios/productos exclusivos que sean percibidos así por los consumidores,
quienes están en disposición de pagar más por tenerlos.
Con una estrategia de enfoque o concentración la empresa se
concentra en satisfacer segmentos bien definidos, de población, de productos o
geográficos.
Las dos primeras, liderazgo en costos y diferenciación,
buscan la ventaja general en su sector, mientras que la tercera, enfoque, busca
tener la ventaja dentro de un mercado objetivo.
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